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276. PORTACIÓN DE ESTRÓGENO

  • Pajas Bravas
  • 1 nov 2019
  • 6 Min. de lectura

Cinco mujeres, una mesa ratona, tres vinos blancos, un champagne, una botella de agua, y un coloquio de edad.

- Bolas, ¿qué te hiciste? ¿¿Te tuneaste??

- No, salame. No hice nada.

- Daaaaale Ana… Contááááá… Ahí hay un mango invertido. ¿Figurella?

- Noooo… salgo a caminar. Y estoy comiendo un cachito menos.

- Vos estas saliendo con alguien Anita, a nosotras no nos jodas…

- Nooo boluda. Son los cuarenta… me siento mejor que hace veinte.

- Ayyy chicas, yo tengo que confesarles que a mí los cuarenta también me cambiaron… No sé qué me pasa, pero estoy caliente tooooodo el día.

Una carcajada generalizada, tan desafinada como descontracturada, colmó la habitación. Cinco mujeres, cruzadas de piernas, conteniendo algo más que la decencia.

- Pero paren… no entienden… caliente crónica. Ardiente. Brazas hirviendo juuusto ahí donde te digo. Cualquier cosa me viene bien. Viejos, jóvenes, con guita, sin, pito grande, pito chico, serio, un cago de risa, todo. ¿Me entienden? Así estoy…

La carcajada se prolongó. Aquella risotada tan llena de lágrimas y tratamientos de conducto, anti-protocolar y ausente de buenos modales, no era otra cosa que una “válvula de escape” en donde, hasta la más conservadora, experimentaba algún grado de empatía.

- Pero pará, ¿también estas caliente con tu marido?

- Siiiiiii, ooooobviooooo…

La carcajada ya era grosera y vulgar…

- Comprate un aparatito…

- No me jodas Ana. ¿Cómo me voy a comprar eso? ¿Estás loca?

- ¿¿Qué tiene?? Yo tengo varios…

- Naaaaahhh, ¿en serio?

- Ayyy siiii chicas. Ooobvioooo. ¿¿No me digan que nunca probaron??

- Noooo

- No. Nunca

- Bueno, manga de Carmelitas Descalzas, sepan que hay otra vida… y se puede recargar con pilas o con puerto USB…

- Bueno, si estamos en tren de confesiones… yo estoy igual… Nunca lo engañaría a Juanjo, peeeeero, si tuviera una aventura quisiera que fuera con alguien que cada tanto me pregunte: “¿Cómo estas?”… Solo eso le pido a la vida. “¿Cómo estás, Pau?”.

- Jajajajajaj…

- No jodas Paulita, no lo engañarías nunca a Juanjo…

- Obvio que no, pero en este juego de especulaciones digo que, si lo tuviera que engañar para salvarle la vida a mi hija, lo haría con alguien que quisiera conocer mis sueños, mis aspiraciones, que se siente a tomar un té con limón conmigo, y no siempre una cerveza… Encima dice: “Pachame la chervechita”… lo quiero matarrrrr… “¿Necesitas ortodoncia que no podes pronunciar bien, salame? Mirá lo que es tu panchita adipocha y rechoncha, pedazo de tonel de cebada”… jajajaj… Necesito alguien que me mire y me diga que sabe perfectamente qué es lo que me falta… y que no sea siempre su miembro… porque el tipo cree que todo lo resuelve con eso… “Vení gordi, yo sé cómo sacarte el dolor de cabeza”… ¿¿Qué cree que eyacula?? ¿¿Ácido acetilsalicílico??

La habitación era un cotorrerío, nunca mejor empleado el término. Cuando la primera logró finalmente llenar sus pulmones luego de tremenda expresión facial y sonora, y la posterior activación del eje hipotálamo-hipófisis y el sistema nervioso autónomo, le rogó a su amiga que aflojara porque se estaba haciendo pis encima.

- Jajajajajaja. Me vas a matar Pau, por favor aflojá… me meo…

- ... alguien con quien tener una conversación adulta... Y no todo el día “Aldosivi – Godoy Cruz”, “¡¡¡Vamoooooo’ Aldosivi carajooooo!!!”, “Ese chico Leonel Galeano es una promesa… yo te digo”… ¡¡¿¿Qué reverendo carajo me importa ese chico Leonel Galeano??!!

- Vos te casaste con un hincha de “fulbo”, Pau…

- Sííí, una cosa era hace diez años, pero de ahí al palco, las teles en el living y en el cuarto prendidas de manera simultánea por si tiene que trasladarse… Cada vez que lo escucho decir “Aldosivi” pienso que es medio tarado…

- Ahhh noooo, yo al revés. Me aburre el tipo intelectual. Me A-BU-RRE. No me importa el reciclado, o los valores del rugby, o “El mundo de Sofía”. “No me psicoanalices máááááás… No quiero hablar, quiero ir directo a los bifes. No me preguntes por qué me enojé… Me enojé. Punto. Desvestite…”

- Chicas, lo mío es peor. Me calientan los chongos de oficio…

Una carcajada espasmódica seguida de una mirada curiosa y libidinosa popular.

- ¿Qué es un chongo de oficio, Anita?

- Yo voy al taller mecánico de Paraná y Rolón, y viene el muchachito ese que creo que usa siempre la misma musculosa de los Rolling… chicas no saben la mugre que tiene esa musculosa, no se imaginan… y se me acerca con esos ojitos marrones juguetones…

- ¿Ojitos juguetones, Ana? Estás en el hornooooo…

- Pará. Es un ejemplo… Aparece ese chico todo sucio, con un trapo en las manos y le digo que mi auto hace un ruidito cuando lo arranco y me dice: “son los cilindros”… ¿Qué quieren que les diga? Yo tengo un orgasmo ahí mismo…

La carcajada ya era una manifestación del deseo popular de cinco mujeres en el banquillo de la más sagrada de las confidencia.

- ¿Cualquier oficio te viene bien, Ana? ¿O el rubro es exclusivo de la mecánica automotriz?

- Noooo, cualquier rubro… es tremendo.

- El jardinero de Cata está espléndido… ¿Cómo se llama Cata?

- Luis Alfonso…

- Jajaja. ¿Qué es? ¿Venezolano que tiene dos nombres?

- No bolas, Alfonso es el apellido… Pero no sabes lo que esssssss… Pasá fotos al grupo, Cata.

- Bueno, si ese Luis Alfonso viene todo chivado y me dice al oído: “Glifosato o guadaña”, me desmayo… Yo necesito al tipo que sepa cebar una bomba, que sepa instalar un bidet, que se anime a subir al techo… y que esté sucio. Que apeste. Pelo engrasado, uñas negras, manos grandes. Las manos grandes me excitan. Es fundamental que huela a grasa de motor o aserrín o a aguarras…

- Estás mal Anita… jajaja

- No chicas, estoy mejor que nunca… son solo ratones peeeeero, ¿saben la combustión que me genera la cuarta década? Segrego una hormona animal que busca al macho alfa… ¿A Uds les gusta ese salame del gerente del banco, esa espiga que se vuela con el pampero, que calcula el valor de los intereses compensatorios? ¿Uds se creen que ese Cara de Quinoa hubiera sobrevivido en la época de las cavernas? Yo necesito que me agarre de la cintura y me saque de un tirón si me estoy ahogando, y no que calcule el riesgo de vida y analice el capital asegurado…

- Dejate de joder, Ana…

- A mí, tomame del pelo y tirame en la cama y decime al oído: “Agarrame el pistón”…

La noche y las carcajadas eran lascivas e impúdicas…

- Yo me quedo con Axel Kicillof…

- No seas tarada, Cata.

- ¿Qué? Me copa… esos ojos azules y las paletas… voy andando por Acceso y a la altura de Uruguay me agarra una apnea…

- Pero pedile que agarre un taladro percutor… No debe ni saber qué es…

- ¿Para qué quiero que agarre un taladro percutor, tonta?

- Seguro que no agarró un serrucho o un hacha en su vida, ¿me entendes? Llega el invierno y te cagas de frío con Axel…

- Yo estoy para el poli-amor…

- Ahhhh, mirá la mojigata!!

- Y siii, eso o un trío. Pero quisiera que Facu no toque ni perfore nada asique sería un trío bastante injusto…

- Che, que placer este helado. ¿De dónde es?

- Placer sería comerlo sobre el torso hirviendo del mecánico de Anita…

Cinco mujeres cuarentonas. Una noche muy generosa. Confesiones y chardonnay. Transgresión, picardía y la más exquisita inocencia.

- Bueno chicas, son las tres de la mañana…

- ¡¿¿Quéééé??! Mañana no me levanta nadie…

- ¿¿Y yo chicas?? Llego a casa y no zafo… Rafa no se queda dormido, fallece. Es un cadáver mórbido. Pero tiene una alarma en el pene, les juro. En cuanto entro al cuarto, el pibe vuelve a la vida y me pide “un favorcito”… no sé como hace…

- ¡Ayyy, pero que suerte tenés guacha! Aprovecháááááá… sabes lo que daría porque Facu me esperara “queinchi”…

- Facu es un amor, bolas…

- Siiii, es un amor. Ya sé. ¡Lo amo!... Pará, Juanjo también…

- Siiii, más vale… yo jodía recién. La realidad es que ese Leonel Galeano es muy habilidoso… jajaja

- Seamos agradecidas de los maridos que tenemos, chicas… Pero la próxima juntada es en lo de Cata… Pasá los horarios de Luis Alfonso… A vos Lola, todo te viene bien. A Anita le agarra un orgasmo tántrico y la perdemos. Le pedimos que le pregunte a Paulita cómo está. Le ofrecemos un trío con Axel Kicillof para Cata. Y yo me como el helado sobre su lomo… ¡Programón!

 
 
 

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¿Quién está detrás de
Pajas Bravas? 

Me llamo Valy. Desafortunada en el juego, tengo toda mi fortuna en casa. Soy mamá de tres varones y de una mariposa que voló hace cinco años. Atrapada en un duelo durísimo, encontré la salida a través de Pajas Bravas, el rincón que me liberó y desde donde hoy simplemente escribo...

 

Y justo, cuando la oruga pensó que era el final, se convirtió en mariposa

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