237. NEGRURA
- Pajas Bravas
- 9 mar 2017
- 6 Min. de lectura
237. NEGRURA - ¡Hola!... No sé cómo es esto… ¿Tengo que hablar yo? - … - Ahhh… Es que no sé qué decir… Ehhhhh... Creo que fue un error haber venido… - … - Nooo. En realidad fue idea de mi psicóloga. Ella me dijo que probara con Uds. Me dijo que creía que me iba a hacer bien… pero ahora creo que esto no sirve para nada… sirvió durante un tiempo, pero ahora estoy tan mal como antes y se supone que la herida debería dejar de sangrar… La verdad es que no tengo nada que decir… - … - Es un divague. No sé para qué vine… Les pido perdón por el tiempo que les robé pero no tiene sentido esto… - … - Es que es un monólogo… Yo hablo y Uds. escuchan… yo me desnudo por completo y Uds. miran… y lo peor es que me creen… y estoy cansada de creer que lo que digo es cierto y confesar lo superada que me siento de haber perdido a mi hija y de lo patético que es sentirse bendecida por haber traído al mundo un tesoro tan inmenso y que todo se haya esfumado… Como si me hiciera especial…ja, ¿especial?... por favor... o peor aún, como si Dios eligiera madres todopoderosas que tienen un no sé qué particular que nos eleva por traer al mundo chiquitos especiales… - … - ¡¡Nooooo!! ¡No lo hagan! Ni se les ocurra psicoanalizarme. No necesito nada de todo esto. Yo estoy bien, un tanto cansada de sostener esta mentira, nada más… Me quiero ir a mi casa… - … - ¿¡Enojada!? ¿En serio piensan que estoy enojada?... Tanto camino recorrido al cuete… No es enojo, es frustración… Me llené la boca hablando de las etapas del duelo, de la importancia de atravesarlas para volver a ser feliz, ¿quieren saber la verdad?... Es todo mentira… El duelo no se atraviesa nunca… - … - Porque no. Porque anoche me encerré en el baño y volví a llorar con tanta amargura como hace seis años. Fui devorada por el duelo una vez más. Es un lobo hambriento que espera en la oscuridad. Otra vez, ¿me entienden? Otra vez tirada a los pies de Carola, olvidándome de todo lo que tengo, pensando únicamente en lo que perdí. Y no puedo venir acá, como si nada, y hacer de cuenta que la cosa es sencilla, y que hay luz al final del camino, y que todo termina bien, porque no es así. Hay bajones, y son horribles. - … - Porque me había creído que esto no volvería a pasar. Pensé que, habiendo atravesado el duelo con consciencia, esto no me volvería a pasar. Una recaída como las de anoche me hacen replantear todo… por eso vine a esta sesión de terapia para largar la bosta afuera… pero ahora me arrepiento y me quiero volver a casa… - … - Porque sí, porque es la verdad. ¿Porque siento que me miran mal? Me siento muy desnuda hoy. Por eso me quiero ir. En mi casa puedo meterme en la cama y permitirme ser lo infeliz que quiera ser sin aparentar… - … - Noooo, Pajas Bravas no es una actuación, para nada. Al contrario, es la pura verdad. Es el espejo más nítido en donde veo todas mis imperfecciones… Por eso anoche, un poco más calmada, decidí venir acá y confesar que no la tengo nada clara… - … - Porque no. Porque no creí que volvería a sentir el enojo y la negación otra vez. Síííí, obvio que sabía que la lloraría cada tanto, un poco de extrañitis si se quiere, pero anoche fue volver a foja cero… - … - Ya venía media complicada… Por eso publiqué el de “el Norte de la vida”… Y obvio, una cosa lleva a la otra… - … - Me refiero a que cuando ando bajoneada tiendo a abrir el cajoncito que tengo de sus cosas, o miro el único video que tengo de ella y dejo correr la tristeza. Y corre… deberían ver como fluye, y así como viene, se va… Pero ayer fue distinto… Ayer, después de haberla recordado en el escrito anterior, obviamente la busqué… y fue fatal. - … - ¿Cómo a quién? A Carola… - … - …Qué sé yo… primero en sus cosas… y después en Facebook… - … - Siii, en Facebook… vi una publicación de una madre agradeciendo en un grupo al Hospital Austral, y como le tengo tanto cariño al personal del Austral, entré a chusmear el grupo… y ahí nomás me crucé a Carola… - … - Bueno, no a Carola propiamente dicho, pero me crucé con una foto de un chiquito que comenzaba segundo grado, que había sido compañero de cuna en la neo… ¿Cómo olvidarlo? Su cuerpito tan chiquito, su carita, el sonido de su saturómetro… su nombre, su madre… Había nacido de veinticinco semanas, medía menos de la mitad que Carola… y ahora vestía de uniforme… - … - Nooo, no fue enojo… Fue negrura… Me costaba tragar saliva, me costaba respirar… me sentía mala... Tampoco era envidia… era negrura. - … - Nooo, no entienden… NE-GRU-RA… Una cosa espesa, negra y pegajosa… - … - Nada… me metí en el baño, prendí la ducha y me tiré en el piso a llorar… - … - Nooo, no tengo bronca contra ellos. Al contrario, le mandé un saludo después de tantos años, la felicité por lo enorme y lindo que estaba su hijo, y ella me respondió al instante… muy cariñosa también… - … - … qué sé yo… me destruyó… pensé que estaba parada con más firmeza sobre una roca, pero esto fue un huracán que me arrastró sin control… ¿Por qué algunos sí y otro no? ¿Por qué tenemos que subirnos al mismo ascensor, las que dejamos a nuestros hijos muriendo en neo, y las que se vuelven a sus hogares con sus bebitos en brazos? ¿Por qué? ¿Por qué algunos si y otros no? ¿Por qué algunos no? ¿Por qué Carola no? - … - Ya sé…pero me sentí mal… muy mal... Mal con conmigo, mal con la vida una vez más, y mal con todos Uds… porque parece que hablo como catedrática acerca de un tema que no lo tengo para nada resuelto… - … - Anoche decidí hacer esta sesión de terapia… pensé que era la mejor manera de sincerarme conmigo y con Uds, y que tal vez me hiciera bien vomitar todo… - … - La verdad que sí… - … - No sé… Creo que llevar el corazón en la mano y mostrarlo es la mejor manera de que Pajas Bravas no sea una estafa. Creo que decir la verdad es la única manera de ayudar a otros… ¿Qué se supone que debería decirles al resto de las madres que me hablan en privado, con el corazón roto y en carne viva? ¿Qué esto también pasará? ¿Que no dolerá mucho más?… Nooooo, voy a decir lo que sé, lo que me va pasando a mí, de otra cosa no voy a hablar. Y siempre con la verdad. Por timidez, tengo demasiados pelos en la lengua en la vida diaria como para andar escondiéndome tras una máscara acá, en Pajas Bravas. - … - …Que la muerte de un hijo es… no sé… devastadora… e infinita… No tiene lugar, ni tiempo, ni temperatura, ni olor, ni sonido, ni peso, ni materia. La muerte de un hijo es una entelequia… es la sola idea de mi Carola existente, viva únicamente en mi imaginación. Es la inexistencia. Una sombra que acompaña y por momentos acecha… como el duelo… - … - Uffffff... ¿Cómo me siento ahora?... escribí esto sin detenerme a pensar. Fue una sesión en vivo y en tiempo real... ¿Qué cómo me siento? Bastante mejor… Por lo menos ahora no duele... - ... - ¡Gracias! ¡Muchas, muchas gracias! Esto fue realmente sanador. Imaginaba a un mega psicólogo con miles de caras, las de Uds, escuchando del otro lado con respeto y amor, metido en una bata alada en forma de mariposa. Quería contarles esto, que no soy pura superación, y que pasan los años y su ausencia puede volverse tan dolorosa como lo fue al principio. Lo aclaro por si hay entre nosotros alguna otra alma que tenga recaídas, para que se sienta comprendida y acompañada. - ... - ¿Qué qué les diría?... Que esto también deberá pasar...

Comments