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238. CERTIFICADO MÉDICO

  • Pajas Bravas
  • 15 mar 2017
  • 4 Min. de lectura

238. CERTIFICADO MÉDICO CENTRO DE OJOS INFORME DE ESTUDIOS OFTALMOLÓGICOS LUGAR Y FECHA: San Isidro, 13 de marzo de 2017 NOMBRE DEL PACIENTE: Corcho SEXO: Masculino EDAD: 5 años ESDTUDIOS: Sala de 4 “Los Pandas” completo OCUPACIÓN: Estudiante Dr. Justo José de Urquiza, Médico Oftalmólogo (MN 52001/25), informa que el consultante acude al Centro de Ojos por primera vez acompañado de su madre para ser evaluado. Por medio de la presente, se redacta informe del test de aptitud visual para ser presentado en el jardín de infantes que corresponda. OBSERVACIONES CLÍNICAS: ________________________________ El viernes tocaba estudio oftalmológico. El inicio de clases tiene ese “no sé qué” que convierte a todas las mamis en “locas por el turno” y provoca una estampida generalizada hacia los distintos centros de salud. Este estudio era el último de una larga batería que exige el Ministerio de Educación. Llegamos al Centro de Ojos, presenté la credencial de la obra social, el DNI, y luego me senté en la sala de espera de pacientes. El nombre es genial: Sala de espera de pacientes. Aquí me detengo un ratito... He concluido que, al rotularnos con el adjetivo “pacientes”, lo que hacen es limitar su responsabilidad respecto del tiempo que demoran en atendernos… “Yyyyy Señora, Ud sabía que venía en carácter de paciente… no se impaciente, ¿me entiende?”. Si bien no se puede decir que haya estudiado el idioma castellano y sus orígenes, puedo sacar conclusiones por observación, ensayos, y prueba y error. Esto que estoy a punto de postular no estaría comprobado, pero podría estarlo. Lo primero que observo es que salta a las claras que la palabra “paciente” deriva de la unión de otras dos palabras: “pac” y “ente”. La primera tiene como base léxica “pax”, que en latín significa “paz”. De esta manera, neutralizan cualquier situación en que pudiera existir guerra entre dos o más partes enfrentadas (la del paciente y la recepcionista, por ejemplo). Y la segunda raíz, “ente”, significa: sujeto ridículo que no tiene ser real y que solo existe en el entendimiento. Por lo tanto, los pacientes somos seres no existentes, ridículos y que debemos, por hecho, ser pacíficos. Ahora sí. El turno de Corcho. - Buenos días caballero. ¿Cómo se llama? - Corcho - ¿Corcho? Jaja. Perfecto. Vení Corcho, sentate acá… ¿Cuántos años tenes Corcho? Levantó la mano en alto, con todos los deditos extendidos y dijo: - Azí… zinco. - Perfecto Corcho… Vamos a veeeer… ¿Conoces las vocales Corcho? - Zi El médico le apoyó un cartón en la falda con las vocales escritas en imprenta: A – E – I – O – U. - Decime Corcho, ¿Cómo se dicen las vocales? - Este ez el cuatro, este ez el trez, este ez el palo, este ez el zero… yyyyy… ezte no zé, no me lo enzeñaron. - Perfecto Corcho, muy bien… Mamá, ¿cuándo cumplió los cinco? La pucha… ya arrancamos, pensé. Le dije que los acababa de cumplir en enero, y le pedí que no le tire con artillería pesada… - Muuuuy bien Corcho… veamos… vamos a trabajar con las vocales: cuatro, tres, palo y cero, ¿dale? - Dale. El estudio no fue muy sencillo. Corcho no tenía tan claro lo que tenía que hacer. Tampoco quería cubrirse un ojo, con bastante atino dijo que con los dos veía mejor. Por suerte, el tiempo hace maravillas, y la cosa fluyó mejor. Tanto el médico como yo, concluimos que veía con ambos ojos a la perfección. Sin anomalías con respecto a errores de refracción tales como miopía o astigmatismo, se puso en marcha la segunda mitad del estudio: el Test de Daltonismo. Para esto se utilizan unas cartas denominadas Cartas de Ishihara que contienen círculos de puntos de colores y tamaños aleatorios formando un número en el centro. - Corcho, decime una cosa... ¿los números los sabes? - Zi. - Bueno Corcho, esto es más sencillo entonces. Vas a tener que decirme si ves algún número en el medio de estos redondeles… - Bueno… - En este, ¿ves algún número? - Ehhh… no. - ¿No ves el número que está en el medio? - Ehhh… no. - Marcame con el dedo los puntitos que ves de otro color en el medio del redondel… Con el dedo regordete fue marcando el contorno de un hermoso número. - Lizto… ya eztá. Lo toqué todo. Era como el doz. “Bien Corcho”, grité como si se hubiera aprobado la última materia del secundario. No tanto por no ser daltónico, sino por demostrarle a este Sr. Médico de Ojos, que mi hijo es un groso. - Bien Corcho. Vamos con este… reconoces los números. - Eze es el ocho… y eze no existe. - ¿Cómo que no existe? ¿Este no es un número? - No. En mi colegio me dijeron que eze número no existe. - Ahhhh… No existe este número en tu colegio… Obvio, capo. Probemos con este… Esta segunda mitad, también fue dramática. ¿Qué culpa tiene mi chiquito en todo esto? Nada. Si en el Jardín de Infantes no le enseñan las vocales y le dicen que el “siete” no existe, ¿cómo pretenden que mi tesorito apruebe el test oftalmológico? Así está el país… ____________________________ RESULTADOS CLÍNICOS: Visión 20/20 (normal) Capacidad para diferenciar colores Campo visual completo Coordinación apropiada de los músculos oculares Presión ocular no

rmal Estructuras oculares normales (córnea, iris, cristalino) CONSIDERACIONES FINALES: El paciente Corcho presenta una visión normal acorde a la edad. Se le recomienda diagnóstico psicopedagógico.

 
 
 

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¿Quién está detrás de
Pajas Bravas? 

Me llamo Valy. Desafortunada en el juego, tengo toda mi fortuna en casa. Soy mamá de tres varones y de una mariposa que voló hace cinco años. Atrapada en un duelo durísimo, encontré la salida a través de Pajas Bravas, el rincón que me liberó y desde donde hoy simplemente escribo...

 

Y justo, cuando la oruga pensó que era el final, se convirtió en mariposa

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