top of page

208. EMPATIZANDO

  • Pajas Bravas
  • 24 mar 2016
  • 3 Min. de lectura

Si me costara dormir todas las noche, me costaría muchísimo despertarme por las mañanas. Y sería mucho peor si tuviera que levantarme al alba. Si al hacerlo no supiera quién soy o quien quisiera ser, me volvería un croquis desdibujado de un pésimo pintor. Y arrastraría mi vida a mano alzada, insegura y vacilante. Si me costara ser yo misma, atravesaría el pasillo hasta el comedor con desgano. Me derrumbaría sobre una silla y dejaría caer el peso de mi propia existencia venciendo hombros y vértebras como una estatua de cera al sol. Desayunaría inapetencia y fastidio, y querría que nadie me reclame por ello. Si a pesar de mi agobio, en casa exigieran que cambiara la cara y la postura, y si quisieran que encarara los días con positivismo y esperanza, lo único que lograrían es el efecto contrario. Y es posible que ése fuera el puntapié inicial para una lista eterna de ideales inalcanzables… -Ay Valy, por favor cambiá la cara, no tenemos por qué aguantar tus humores a estas horas de la mañana. Agarrá bien la taza, ¿no ves que se te va a volcar?... ¿Terminaste lo que tenías que hacer para hoy? … Peroooo, será posible. Así te va, ves. El problema es que sos una irresponsable. Seguro que no hablaste con tu superior para explicarle lo que te pasó. Porque si lo hubieras hecho, seguro contemplaría un poco más el caso, pero no… a vos te importa un pito… ¡¿A que no tomaste la T4?!… Ves, hasta en eso tenemos que estar. Cuidando inclusive tu propia salud, porque te cuento que si no te acordas de tomar la pastillita, la que está cansada y con cara de traste todo el día sos vos. Es tu salud, ¿entendes?. No es la mía, ni la de de él, es tuya… No te vayas cuando te estoy hablando. Y vení a darme un beso... Con este discurso demoledor de sesos, arrancar el día sería una aplanadora mental aniquilando mi temple para el resto de la jornada. Pero los días son largos. Y, si al salir de mi casa tuviera que aguantar largas horas de concentración en un ambiente hostil, donde no me sintiera ni cómoda, ni contenta, seguramente intentaría ser imperceptible para el mundo. Y que de tan invisible, apareciera como ausente en el registro del resto de las personas. Si mi día concluyera con unos cuantos apercibimientos más, algún mal momento, un bochorno del que bromeó toda la oficina y un par de advertencias que me ubican en el último escalafón de la cadena alimentaria, seguramente me volvería una pobre presa asustadiza con pocos motivos por los que seguir viviendo. Imagino mi vuelta a casa. Sospecho que volvería con un andar pesado. Escondida tras un flequillo que oculta mi cobardía, completamente indiferente e impasible, aguantando una mochila cargada con un peso que duplica mis ganas de seguir siendo esto que me avergüenza, yo. Si al llegar a casa no consigo mi espacio, ni mi tiempo, ni mis silencios, no sé si tendría tantas ganas de volver. Si, por el contrario, a mi regreso comenzara nuevamente el interrogatorio de cómo me fue, si me preguntaran si recordé comprar aquello que repitieron setenta y ocho veces que comprara porque piensan que soy idiota, si se enojaran conmigo porque no comí el total de mi almuerzo y me dijeran que es imperativo que me alimentase bien porque me notan desganada… Si todo esto fuera mi vuelta a casa, seguramente quisiera tirarme en un sillón a hacer nada. Nada. Absolutamente nada, porque da igual todo. Porque salta a las claras que no hago nada bien. Seguramente miraría una estúpida serie en la televisión para pasar el tiempo, o quisiera perderme en facebook para distraerme un poco. Es probable que me prendiera un puchito para dejarme volar hipnotizada en su cobra humeante. Y si me sintiera aún peor, seguramente caminaría hasta la cocina con la única intensión de servirme una copita de vino para levantarme un poco el ánimo. Porque, a diferencia de querer tomar alcohol, lo necesito. Bueno, nuestros hijos adolescentes también.

 
 
 

コメント


¿Quién está detrás de
Pajas Bravas? 

Me llamo Valy. Desafortunada en el juego, tengo toda mi fortuna en casa. Soy mamá de tres varones y de una mariposa que voló hace cinco años. Atrapada en un duelo durísimo, encontré la salida a través de Pajas Bravas, el rincón que me liberó y desde donde hoy simplemente escribo...

 

Y justo, cuando la oruga pensó que era el final, se convirtió en mariposa

Recipe Exchange @ 9pm!

Temas Relacionados
También en Facebook
  • Facebook Basic Black

Pajas Bravas  en Facebook

Mis Sponsors

© 2023 by My Weight Lost Journey. Proudly Created with Wix.com

bottom of page