204. TECNOLOGÍA DE PUNTA

- Maaaaaa, mirá lo que encontré en el cajón de Grampa. (Grampa es mi papá. Así le dicen sus nietos) - Ajá, mirá vos. - Está buenísimo. ¿Me lo regalará? - No sé, preguntale. No creo que tenga problema. Es más, creo que ese walkman era mío. - ¿TUYO? Los ojos de mi hijo estaban tan sorprendidos que me preparé para atajarlos si se le salían. Yo, por mi parte, en mi salsa viviendo este momento tan inusual de los chicos de hoy: un niño con poder de asombro. - Si gordo, creo que era mío. Lo usaba para grabar clases en la facultad. - ¿Graba? - Siiii, ¿podés creerlo? ¡¡¿No es increíble?!! Graba. - Y, ¿cómo? - Con cassettes. Fijate si no encontrás alguno en el cajón. Me quedé parada mirando como salió corriendo quien normalmente necesita varios alicientes para estimularlo. Volvió con el mismo ánimo exultante con el que salió eyectado. - ¡Mirá Ma! Encontré estos nueve cassettes. Están buenííísimos. ¿Me los regalará Grampa? - Son míos. ¿No ves que es mi letra? Roxette, Queen, Beatles… - ¿Me los regalás? - Si, obvio gordo. Se pasó la tarde del domingo escuchando música que hacía años no escuchaba. Para mi sorpresa y la de mi hijo, sabía las letras de todas y cada una de las canciones. El sonido era muy malo, como si mantuviéramos secuestrados a Paul, y a John y a Freddy encerrados dentro de cajas en el sótano. Las pilas, que llevaban veinte años queriendo jubilarse con justa razón, se expresaban con desánimo. De esta manera, las voces de Paul, John y Freddy se parecían más a las de las ardillas Chip & Dale, y yo en la cocina preparando el té, me quería meter en un tupper hermético. - Maaaa, estos cassettes son reee inteligentes. Recién di vuelta los redondelitos al revés sin darme cuenta que se estaba haciendo un nudo tremendo de cinta adentro. Pero lo giré para el otro lado y se arregló solo. - ¡Increíble! Eso es lo que hacíamos nosotros. Los girábamos a mano. Porque rebobinar y adelantar es lo que más gasta pila. Usábamos biromes BIC… - ¿Con una birome? Wowww... ¿Para qué habré dicho eso? Toda la tarde buscando una estúpida birome BIC en la casa. Estaba segura que tendría una en algún lugar. ¿Qué casa no tiene una BIC en el fondo de un cajón? Dudé de mi capacidad de ama de casa… - Bueno gordo, lo haces manual y listo. Metés el dedito en los redondelitos estos y te fijas para qué lado tiene que girar. Y así, dos horitas más, se la pasó escuchando el de los Beatles. Con el tiempo fui notando que, cada vez que llegaba al tema “Yellow Submarine” y se cortaba la música, él abría el walkman y le daba cuerda al cassette con el dedito. Me di cuenta que aún había más tela para cortar. Para volver aún MÁS maravillosa la ya extraordinaria época ochentosa, le dije con soberbia: - Gordo, no tenés que rebobinar cada vez que el cassette se termina. Lo das vuelta y escuchás el otro lado. - ¡¡¡NOOOOOOO!!! Casi busco el desfibrilador. Lo dejé atónito. Era demasiada tecnología de punta para este niñito de hoy. Esa noche me quedé pensando. Mi hijo se pasó el día entero experimentando y aprendiendo sobre la prehistoria con un walkman plateado y cromado que llevaba década y media olvidado. Y estaba impresionado por todas las ciencias aplicadas de mi época. Entonces concluí que no es que los chicos de hoy hayan perdido el poder de asombro, es que quizás haya que mostrarles para atrás y no para adelante. Porque para adelante habrá más colores, más velocidad, más memoria, más aplicaciones, en definitiva, nada nuevo. Pero para atrás, aunque haya que rebobinar con el dedo, hay muchas primicias por descubrir. ¡Chupate esta mandarina, Mark Zuckerberg!

#Hijos #Humor #Pasodeltiempo