178. UNA SANTA
- Pajas Bravas
- 18 ago 2015
- 2 Min. de lectura

178. UNA SANTA Viste cuando te dicen “Santa” pero sabes que en realidad te están diciendo otra cosa… Viste cuando te dicen “Santa” y de Santa no tenés nada porque una Santa no andaría tramando represalias… Viste cuando te dicen “Santa” pero vos sabes que no sos ninguna Santa porque sabes que, si hay algo que no sos, es Santa… Que en las letras chicas del contrato que firmaste el día que te convertían en Santa decía: La Santa, en adelante denominada “S”. Un par de años atrás… “Gordo, yo me ocupo encantada del estudio de los chicos, los llevo a la psicopedagoga, al pediatra, al traumatólogo, a comedia musical… pero del rugby no me pienso ocupar.” Y al decir esto, creí que había cogido al toro por las astas. El mes pasado… - Gorda, ya confirmé que alojamos dos chicos de la M11 que vienen de Tucumán. - ¿Sin gas? ¿A vos te parece? Decime, ¿qué les cocino? Tampoco van a poder bañarse… - Bueno gorda, se bañarán en el club, y comeremos pizza. La semana pasada… - Gordita, tenemos que alojar dos chicos de Neuquén y Río Negro de la M13, son muchos chicos que vienen del interior y no hay tantas familias que alojen. - ¿De verdad me estás diciendo? ¿Cuatro chiquitos del interior sin gas? No sé… Mirá que no quiero clavarme con todos en casa y que después vos desaparezcas con los entrenadores… - Gorda, yo te voy a ayudar, quédate tranquila… Lo vamos viendo… ______ El viernes, mientras repasaba aquella declaración manifiesta de deseo que había expuesto un par de años atrás, me despabiló el ruido del guiño. Estaba sentada piloteado un auto repleto de rugbiers. Puse primera y seguí mi camino hacia el club preguntándome cómo fue que no lo vi venir. Sin que me diera cuenta, me había transformado en una Santa, en adelante denominada “S”. Viernes y sábado por la noche, cena show para entrenadores. Solo entrenadores. Tampoco lo vi venir. Y la “S” se quedó en casa empollando y comiendo pizza con seis famélicos jugadores de rugby. Al partido de los Pumas en Vélez estaban invitados los entrenadores y algunos rugbiers, pero justo los míos no asique la “S” se llevó a los chicos de Cipolletti a Unicenter. Con lo que odio los shoppings… ¿Cómo fue que no lo vi venir? Ni idea. Creía que había dejado bien en claro que del Rugby no me pensaba ocupar. Pero muy por el contrario, me transformaron en Santa y no me quedó otra que ocuparme. Fue un fin de semana muy embarrado, lleno de botines y calzas. Anécdotas de tries y tackles, de partidos épicos y héroes. Fue un fin de semana donde comprobé aquel dicho que dice: “Al que no le gusta el caldo le sirven tres tazas”. “Una Santa”, me dijo mi cuñada cuando hablamos por teléfono. Una Santa. ¿Una Santa? Del rugby no quiero ocuparme, liso y llano. Pensé que había cogido al toro por las astas, pero aprendí que no debo cruzar el puente antes de llegar a él. Una Santa me dijeron. Que tal, me presento. Soy Valy, en adelante denominada “S”… de "salame".
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