154. DÍA DEL TRABAJADOR
- Pajas Bravas
- 1 may 2015
- 2 Min. de lectura
En el Día del Trabajador, decidí dedicarles unos segundos a todos aquellos que se sientan trabajadores.
Busqué la palabra “trabajo” en mi íntimo amigo literal, el diccionario. Todo lo que me tiró, fueron frases deslucidas:
- Ocupación retribuida. - Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza. - Ejercer determinada profesión u oficio. - Dificultad, impedimento o perjuicio. - Penalidad, molestia, tormento o suceso infeliz.
Aparentemente, el diccionario es implacable con este vocablo. Sin embargo, hay otras palabras que forman una hermosa alianza con ¨trabajo¨ y cuyos significados son mucho más compasivos y amables.
Tal vez, si tienen la fortuna de acompañar al trabajo con palabras tan simpáticas como ¨vocación¨, o mejor aún ¨pasión¨, las sensaciones que, por lo menos a mí me devuelve el diccionario, se disipan: aroma a café quemado, el color gris, el olor a aceite de motor, el sonido sucio del papel de diario, una garganta rasposa, ojeras cargadas y humo de cigarrillo.
Confucio dijo: ¨Escoge un trabajo que te guste y nunca tendrás que trabajar, ni un solo día de tu vida!”
Qué lindo sería que todos tuviéramos la dicha de trabajar bajo el mando de la vocación. Subordinación y valor únicamente a la pasión. Y cuando hablo de trabajos me refiero al del abogado, el maestro, la mamá que ceba mates en la madrugada, el arquitecto y el obrero, el físico, amas de casa, el agrónomo y los peones, el peluquero, el médico y la enfermera, la empleada doméstica, el ingeniero, y la abuelita que teje y prepara tortas. Porque somos todos trabajadores, según mi amigo. Todos ejercemos alguna profesión u oficio y nos esforzamos. Y también, todos buscamos la retribución que va desde el salario a fin de mes, al bono a fin de año, a la palmadita en el hombro, reconocimiento (cualquiera sea), el cariño del hijo o el abrazo del nieto.
Ser trabajador no requiere un sindicato ni un convenio de trabajo, ni precisa título universitario.
Creo que esa es la razón por la cual se frena el mundo. Somos todos trabajadores. Es el día de cada uno de nosotros. ¡Disfrútenlo y descansen!
El mensaje de Confucio es clarísimo y yo lo experimenté en carne propia. A mis 35 años, por fin y como si se tratara de un niño frente a su primer cucharada de dulce de leche, encontré acá en Pajas Bravas mi pasión. Busquen y encuentren. Nunca es tarde, el mundo esta lleno de ejemplos.

¡Feliz Día para todos!








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