151. UNA MUJER SATURADA AL VOLANTE
- Pajas Bravas
- 16 abr 2015
- 3 Min. de lectura

Cuando uno es chico escucha, cree y aprende. Si nuestros padres nos dicen que Jesús es el Mesías, nos volveremos cristianos; si nos dicen que no fue el Mesías, seremos judíos. Lo mismo sucede con la política, el cuadro de fútbol, Ayrton Senna – Alain Prost, lavarse los dientes antes o después del desayuno… en fin. Escuchamos y aprendemos. Con respecto al manejo, en reiteradas oportunidades oí decir: “SEGURO QUE ES MUJER”. Tantas veces lo habré escuchado que alguna vez dije: “Vesss, ¡tenía que ser mina!”. Pero acá estoy, arrepentida de haber pensado alguna vez de esta manera, dispuesta a retirar lo que dije y a renunciar a esa campaña sucia y maliciosa. Es una cruzada personal: “Derribar un mito machista sin fundamento”. Antes que nada quiero comenzar diciendo que creo en la igualdad de derecho entre el hombre y la mujer. Y digo derecho, porque en los hechos, el hombre es más fuerte, más rápido, en promedio más alto y más pesado. Pero adentro de un vehículo, muchachos, volvemos a igualarnos. Yo no creo que una mujer, exclusivamente por su condición, maneje peor. De hecho, hace dieciocho años que manejo y, la única vez que participé en un choque yo venía por una avenida con mis hijos y un loco de atar cruzó en rojo y nos embistió como venía. Mi marido también participó en algunos toquecitos y SIEMPRE se trató de otro conductor masculino. Y la persona que se lo llevó puesto y casi lo mata por imprudente, también era hombre. Mi padre es padre de tres mujeres. Nunca tuvo que salir al recate de ninguna. Me encantaría preguntarles a los padres de hijos varones en edad de conducir si tuvieron la misma suerte. Los casos más resonantes sobre jóvenes que embisten y matan por participar irresponsablemente en picadas o carreras callejeras, son TODOS varones. ¿Por qué me colgué la bandera feminista esta vez? Porque los hombres me cansaron. En muchos casos (y noten que no estoy generalizando porque no voy a cometer el mismo error que ellos), son prepotentes y/o no conocen las normas de tránsito. Cada vez que salgo, me topo con uno de estos seres superiores. En las rotondas (un caso perdido en la Argentina) me broto. Ellos meten trompa, aceleran y no entienden que no tienen siempre el derecho de paso. Si me quedo esperando, no es que no me llega agua al tanque, es que no tengo prioridad. No me toquen bocina porque no voy a poner primera. Y cuando entro en la rotonda no pienso frenar porque ahora sí tengo prioridad. ¿Se entiende, muchachos? ¿Qué despertó mi ira? Anoche iba tranquilita por una avenida principal. De cortés y porque conozco las normas, dejé pasar a una mujer que esperaba cruzar la senda peatonal y el tipo que venía atrás mío me tocó tanta bocina que la agresión se hizo carne. Maniobró para ponerse pegado a la ventada donde iba mi hijo y me gritó: “Qué frenas, pu…? Mirame, conchu… Pibe, decile a tu vieja que manejando es una chot…” Imagínense mi hijo, pálido, con bronca, escuchando a un inadaptado social insultando a su mamá de esa manera. Le tomé la mano y le dije, “No escuches Juancho, es un pobre tipo”. Aceleró como si se tratara de vida o muerte, y cruzó el semáforo en rojo. ¡Genial! ¡Las hizo todas! Así como este patán, me cruzo con muchos hombres que son agresivos en su andar. Y sinceramente, estoy cansada. Acá va mi descargo. 1 - No conozco una sola mujer que se maquille manejando. Y si las hay, que las habrá, a lo sumo dejaron de mirar el semáforo y precisan del estímulo de algún bocinazo para arrancar. Nada grave. 2 - ¿Qué cordoneamos? Otro delito que adjudican. Tampoco es grave. 3 - ¿Qué precisamos más maniobras para estacionar? Irrelevante e incomprobable. 4 - ¿Qué las camionetotas gigantes o los autos familiares son demasiado desafío para una mujer? Puede ser. Es obvio que andar en los autitos ágiles que usan Uds es bastante más sencillo, pero también es cierto que en muchos casos no les entran todas las criaturas con los amigos, las mochilas y la comida del perro. Si manejar "bien" significa ir a mil, cruzarse de carril y rebasar a los autos por derecha, si meter trompa o adelantarse por la banquina los vuelven piolas, si la bocina y las luces les devuelve la condición de Machos Alfa, si todo esto es cierto... chicas, ¡sigamos manejando pésimo que así somos inofensivas! Yo no lo sé, porque no conozco las estadísticas. Pero con todo lo expuesto creo que frente a un vehículo con claras muestras de imprudencia, prepotencia, irresponsabilidad y agresión cabe perfectamente la frase: “SEGUUUURO QUE ES HOMBRE”. Ja! A quién le quepa el poncho que se lo ponga!
Comments