149. EN BUSCA DEL PLACER

-Mary, ¿me hablas en serio? ¿Todos los días salís a correr? -Todos los días. -¿Por qué? -Me encanta. Lo hago con gusto. Me siento bárbara después de correr. Es un estado de bienestar único. No es algo que te pueda explicar, lo tenés que experimentar. Creo que hay algo de adicción, libero mi mente, escucho a mi cuerpo… BLA-BLA-BLA… Con comentarios tan absurdos como este, se me nubla la vista y no puedo razonar bien. Es una verdadera paradoja como, una tortura tan descarnada para algunos, sea un disfrute para otros. Lo digo de verdad, los miro siempre y los veo tan rítmicos, llenos de vida y colmados de conjuntitos deportivos. ¿Cómo lo hacen? Ellos satisfechos, yo irritada; ellos complacidos, yo enfadada; ellas con sus colitas de caballo, yo con mi culo de (no importa); ellos realizados, y yo envidiosa. Una de las mayores dificultades a las que me enfrento cuando corro, y no voy a sacar a relucir problemas relacionados con los partos, son unas puntadas incesantes al costado del abdomen. Esto es provocado por un órgano llamado bazo. Busqué la definición y me enteré que es un órgano parenquimatoso presente en casi todos los vertebrados. Con este descubrimiento salta a la vista que los vertebrados que corren por placer claramente carecen de bazo. -Ahhhh, que buena bicicleteada gorda! Deberías probar de hacer algo por la mañana. Te cambia el día… BLA BLA BLA… Otra vez. Siento temblorcitos en las rodillas y tengo palpitaciones en un ojo cada vez que mi marido mega super ultra ejercitado, entrenado, musculoso, iron man, fornido, forzudo, corpulento, atlético, energético, poderoso y resistente al agua me lo sugiere. Después me sincero y me digo: “Todas esas personas que se levantan a las 6 am y corren al ritmo de Pharrell Williams no pueden estar tan erradas”. Y en el fondo, yo sé perfectamente por qué gozan tanto. Ellos liberan una sustancia que, evidentemente los que tenemos un bazo punzante, no producimos. Hablo del elixir de los deportistas, las endorfinas. Entonces, investigué las endorfinas. Las endorfinas son péptidos opioides endógenos que funcionan como neurotransmisores. Son producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo durante el ejercicio físico, la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o el consumo de chocolate, el enamoramiento y el orgasmo. Y acá estoy. Gozando. Feliz de haber podido producir finalmente endorfinas. Debo confesar que es un estado de completo placer y extásis, un orgasmo, un deleite. Ahora los entiendo. Chicas, las que tienen bazo y no liberan endorfinas como yo, ¡les recomiendo el chocolate!

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