124. MADRES EN SUSPENSO

En épocas festivas, hay un grupo de madres que no está en condiciones de pensar en regalos. No puede proyectar la ensalada Waldorf, ni quién buscará al tío por Ezeiza. No tiene tiempo para darse cuenta de que en su casa cuelgan más prendas en el tender que adornos navideños. No estarían en sintonía con Papá Noel.

Es porque somos madres en suspenso.

Ahora voy a hablar en primera persona porque no todas somos iguales. Me refiero a madres en suspenso a quienes permanecemos en un estado de parálisis momentáneo producto de los exámenes de materias no aprobadas por nuestros hijos. No sé si a todas les pasa lo mismo, pero por lo menos a mí me generan mucho malestar estomacal, pérdida de memoria a largo plazo y me vuelvo menos activa y eficaz en mis deberes femeninos. Tengo la mente aletargada. Una imposibilidad fáctica de disfrutar el presente.

- ¿Sabes qué gordo? No me pienso estresar más. Es tu materia. Son tus vacaciones. Hacete cargo. - ¿Cómo venís? ¿Te ayudo?

- Gordooooooooo, vení acáááááá. No terminasteeeeeeee. - Andá a tomar un rico Nesquik y despejate un poco.

- No puedo más con él, gordo. No sé qué hacer para que se siente a estudiar. Te pido que me ayudes, a mí ya no me escucha. - Bueno, bueno, gordo pará. Tampoco es taaan así, pobre gordito. Estudió toda la mañana…

- Bueno, listo. Dejá todo así. Andá a dormir. En ese estado no podes seguir estudiando. - Buenas noches, amor. Última cosita… ¿Cuál es el criterio de divisibilidad del 4?

Es como si de verdad existiera una incoherencia entre lo que pienso y lo que digo. Me digo y desdigo minuto a minuto. Paso de condenarlo a absolverlo, de culparlo a sentir culpa, de criticarlo a vitorearlo, lo convierto de príncipe a mendigo en cuestión de segundos. Ando por los pasillos de mi casa con la vista perdida y la mente en blanco, pidiéndole al cielo que: “Por el amor de Dios, se termine esta semana!”

No sé a qué se debe, pero puedo imaginármelo. Mi hijo está grande. Se volvió alto y morrudo, y tiene sombra de bigote. Pero sigue siendo mi chiquito y tengo que dejarlo en el colegio para que se haga cargo sólo de estas materias. Todo lo que puedo hacer por él es esperar de la puerta para afuera. Creo que esto es lo que me quita la energía.

Desde la puerta para afuera, les deseo suerte a todos los príncipes y mendigos que rinden esta semana! Y... una palmadita afectuosa a sus mamás, por quienes siento una absoluta identificación mental y afectiva!

#Hijos #Madre