82. ÁFRICA
- Pajas Bravas
- 15 ago 2014
- 2 Min. de lectura
África es un lugar que incomoda.
Cuando llegan noticias de aquel rincón golpeado de la Tierra, por lo general son noticias que perturban y cuestan digerir. Incomodan. Significa que desagradan y producen enojo. Personalmente me siento enormemente en falta con África. O peor aún, cómplice de sus desgracias. Desde mi cómodo sofá, miro películas que reflejan las adversidades de los africanos y tengo la desfachatez de sentir pena y seguir con mi vida como si nada ocurriera. Veo documentales acerca de los tutsis y hutus y los 800.000 muertos en Ruanda, y me abrumo. Lo hago de verdad. Les paso el link de uno que es durísimo pero vale la pena verlo: https://www.youtube.com/watch?v=HsWXncO4jVQ También he visto lo que Joseph Kony y su Ejército de Resistencia del Señor le ha hecho a miles de niños, torturados y mutilados. Pero el tormento que me inunda cada vez que miro estas imágenes no se transforma de manera alguna en algo provechoso para esta pobre región.
Es que las desdichas y los infortunios de los africanos son tan injustos que se vuelven incomprensibles. Es imposible ser empática con gente que sufre semejantes martirios porque no puedo siquiera imaginármelo.
Por eso sigo con mi vida y pido sushi y me quejo por el aumento del gas. Porque todo aquello es tan atroz, que lo vuelvo ficticio.
Niños muriendo, el virus del Ébola , pobreza y hambre extrema, jovencitas secuestras en las escuelas, ablación de clítoris (mutilación genital femenina), pandillas de niños soldados obligados a matar. Todo tan inhumano, tan feroz y cruel. Y me inunda una sensación de lástima por ellos y tanta rabia por todos los que vemos y escuchamos sobre esta bestial crueldad pero no miramos y oímos sus lamentos.
Hace unos meses, una madre dejó a su bebita a la deriva. Esa bebita, a la que llamamos “Princesa”, nos conmovió a todos y seguramente hablaremos de ella por algunos instantes más. Pero pasará, de la misma manera que pasa el camión de la basura y todo queda limpio y lindo. Si la elección de esa madre, al abandonarla en aquellas circunstancias, era la mejor de las opciones… lo que serian las otras alternativas de este siniestro “multiple choice”.
Yo, que estoy viviendo una buena vida, necesito dejar de ser indiferente. Tengo una deuda enrome con África. ¿Quién no? No es mucho lo que puedo hacer, o tal vez sí. Por lo pronto, y ya era hora, no me siento tan cómoda en mi placentero sofá. Y tal vez, al decirlo, incomode a algún otro que también tenga un confortable sofá, tan egoísta como el mío.
Las fotos incomodan. África también.








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