80. DÍA DEL NIÑO

- Ma, el domingo es el día del niño y yo soy siempre de los pocos que no recibe un regalo… No Ma, de verdad. No te rías. Me parece que soy el único. ¿No te importa? NUNCA me compran nada…

Y con esta punta que me tira mi hijo, pongo primera una vez más.

- Me asombra esto que me decís, gordo. Realmente a vos te parece que NUNCA reciben algo de nuestra parte. ¿De verdad sienten eso? Porque si es así, estamos fallando.

- No, Ma. Quiero decir, un regalo. Soy el único que NUNCA…

- ¿Otra vez tengo que decirte que no estoy a favor de estos días? En realidad, me corrijo. Me encanta festejar el día del niño con Uds. y salir a comer y charlar y disfrutar este día situándolos como protagonistas. Me fascina el día del niño, pero no pretendas un regalo porque no lo voy a comprar. Así como tampoco quiero que me compren un regalo en el día de la madre. Me duele saber que no estoy pudiendo trasmitir lo que pienso. Con todo el amor del mundo te pregunto, ¿querés un regalo? ¿Eh? Con el mismo amor te pido que esperes a tu cumpleaños. Y no me digas que nunca recibís algo de nuestra parte porque entonces uno de los dos está deformando la realidad…

Sé perfectamente bien que este discurso tendrá adeptos y discrepantes, y festejo la variedad de opiniones.

Es lo lindo de esta vida. Estarán lo que concuerden y estarán los que piensen que soy un horror, una miserable avara, una testaruda, una necia idealista, una mezquina, una infeliz. (Mis hijos seguramente sean partidarios de este bando).

Cuando les digo que no es cierto que NUNCA reciban cosas de nuestra parte, no estoy hablando de la idea romántica y soñadora del amor. Recibieron, reciben y recibirán amor toda la vida y eso no es ningún mérito. Hablo de recorrer la casa con la mirada y darme cuenta de que tienen mucho más de lo que valoran. Eso, más que hacerme ruido, me da pavor. Temo que pierdan el rumbo, que dejen de apreciar la fortuna que tienen sabiendo que realmente no les falta nada. Me da mucho miedo que sean desagradecidos o interesados. Me espanta la idea de tener hijos que malgasten, desperdicien o derrochen, que dilapiden por no conocer lo que implica el esfuerzo y la paciencia.

Por esto es que nunca tendrán un regalo en este día. De verdad siento que es un gasto innecesario en un mundo muy materialista, en tiempos tan difíciles. Quisiera que los chicos lograran comprenderlo. De hecho, mi mamá nunca cayó en manos del consumismo y yo tampoco recibí regalos en el día del niño. No me morí ni me revelé sino que lo aplico porque lo comparto.

Leí una vez una frase que me gustó mucho pero no puedo encontrarla para saber quien la dijo. Decía algo como que la sonrisa es mucho más linda la de un pobre satisfecho con lo que tiene, que la de un rico caprichoso. Concuerdo.

#Hijos #Reflexión