76. ARGENTINA PERDONANOS, NO SABEMOS LO QUE HACEMOS
- Pajas Bravas
- 13 jul 2014
- 2 Min. de lectura
Estoy triste. Por lo menos, el día es solidario y decidió acompañarme con árboles pelados y ese gris que no es ni resplandeciente ni furioso. Estoy triste por mi patria.
Argentina querida, otra vez te hieren, otra vez sangras desconsoladamente. Tus heridas permanecen abiertas, no te dan tiempo a coagular. Argentina, lloro al ver tus eternas contusiones. Cuanto me duele verte así. ¿En qué unidad se mide la tristeza? En kilómetros de calles destrozadas, en kilos de piedras destructivas, en minutos de represión o en metros cúbicos o gramos de gas lacrimógeno. ¿Cómo se mide la angustia? En gargantas que se cierran doloridas por la injusticia o en lagrimas abatidas por el desconsuelo de presenciar una vez más oleadas de absurda violencia infundada. Se suponía que era una fiesta, que estábamos todos felices. Se suponía que éramos nacionalistas y que estábamos muy orgullosos de ser argentinos. Argentina, me da profunda y sincera pena verte tan golpeada.
Ese gol germano, tan exacto como impuntual, ahogó mi grito y extinguió mi llama. Yo también sentí amargura, la misma que se sintió desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Sentí vacío y deferí en mi rostro la bronca de los jugadores. Pero seguí sintiendo orgullo por vos. Levanté mi copa y brindé por vos, Argentina querida. Miré a todos los argentinos vistiendo la blanquiceleste y barrí mis lágrimas. Me enderecé, me erguí y te quise aún más.
Sin mi consentimiento, me llevaron de la fiesta al funeral. La negrura de tus largos días me atormenta. No comparto y aborrezco lo que le hicieron unos cuantos inadaptados a la Capital de mi país, que no es de Macri ni de Cristina, es mía y es tuya. Estos seres anti-patriotas no son otra cosa que malagradecidos, son sinvergüenzas, criminales impúdicos, una manga de ignorantes. Laceran y dañan. Perjudican a un pueblo que está cansado, que está agotado. La nación, la tierra mía, la cuna de todos nosotros es la que padece cada vez que magullan sus suelos.
Argentina, hoy es a vos a quién le pido perdón y le doy las gracias. Perdón por no permitir que te alces orgullosa. Perdón por no dejarte brillar y deslumbrar al resto del mundo. Perdón por entorpecer tu camino. Perdón, Argentina, por desnutrir tus nortes y despoblar tus sures. Perdón por vaciarte, perdón por no acariciarte, perdón por no protegerte, perdón por desdicharte. Perdón por quererte con más fiereza bajo el manto del desarraigo. Perdón por la intolerancia y la rivalidad que existe entre hermanos que somos. Y también, ¡gracias! Gracias por albergar a mis antepasados. Gracias por acunarme. Gracias por socorrerme. Gracias por tu paciencia y tu arrojo. Gracias, patria querida, por tus hermosos recovecos. Gracias por ser tan patagónica, tan cuyana, tan mesopotámica, tan norteña y tan pampeana. Gracias por tu Puna y tu hermosa Capital. Gracias por tus continuos resbalones que no son caídas y por tus eternas levantadas. Gracias Argentina querida, por ser mi país, llenarme de orgullo y regalarme tan linda nacionalidad.
Pajas Bravas o Valy Andrés, una triste argentina, orgullosa de serlo.
Comments