71. COMUNISTA SOCIALDEMÓCRATA NEOLIBERAL
- Pajas Bravas
- 26 jun 2014
- 2 Min. de lectura
Si el feminismo fuera la ultra izquierda y el machismo, la ultra derecha, los que me conocen poco creen que soy Nazi, los que creen que me conocen al detalle suponen que soy centro derecha… y yo, conociéndome como me conozco, familiarizada con el rechazo que siento por las feministas y los machistas a ultranza, diría que defiendo las políticas económicasmixtas. Pero…
Los pingos se ven en la cancha.
La realidad es, que cuando despliego mis plumas y me encuentro gobernando mi hogar solita (un poder que ejerzo hace cinco días), me alzo en armas contra el “Patriarcalismo de Centro Derecha con cierta opinión del Sector Laborista” al que estamos acostumbrados, y vivimos bajo un Régimen Socialdemócrata. La única mujer de la casa manda, y la base del gobierno es el Estado de Bienestar.
En este modelo progresista, los chicos saben que el gasto público se incrementa alentado por las libertades civiles que se oponen al despotismo típico del cacique ausente. Aparece la negociación colectiva donde los hijos, más comunistas que socialistas, consideran que los bienes de producción son libres y no planificados, y se ponen de acuerdo presentando peticiones basadas en el fin de la especialización en la división del trabajo. Es la lucha por la dictadura del proletariado revolucionario.
“No hace falta que separe el uniforme, Ma. Es una pérdida de tiempo”… "Hoy no me toca darles de comer a los perros"... “Yo puse la mesa la semana pasada, no me acuerdo cuando, pero la puse… Sino, lo que podemos hacer es que nadie ponga la mesa y que comamos viendo tele”… “Hoy no nos bañemos, ¿dale?”
Aparece la alianza entre la clase obrera y su mamá aprovechando el exilio del autócrata. La comida podría ser “un cachito” menos elaborada, los horarios podrían no ser tan rígidos, mi cama ya no sería “mi” cama dando origen a la eliminación de latifundios. La solidaridad es otro fundamento básico de este régimen. Los chicos cooperan el doble sabiendo que me encuentro sola con todas las tareas de la casa. Se levantan con el primer grito, se sientan a estudiar sin amotinarse y se subordinan con valor. Por otro lado, para mantener el hilo de coherencia, la política penal es más dura evitando, de esta manera, posibles desmanes.
La falta del hombre es enorme, no puedo negarlo. El amor en pausa, la charla amena, el vinito compartido, la intimidad de yugos iguales, el peso de la mochila repartida en partes iguales, el compañero de vida, la complicidad, el cuerito que pierde, el amor. Pero cuando el hombre falta, por algún motivo, las socialdemócratas funcionamos de maravilla. Y con éste comentario, me reconozco claramente de centro izquierda.
Soy políticamente marxista-leninista con claras inclinaciones hacia las corrientes económicas neoliberales… y, a pesar de estar en estado de confusa y absurda revolución, ¡la casa está en orden!
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