24. YO SOY MI ÁNIMO

Tu lado de la cama ya estaba frío cuando sonó el despertador. Otra vez esa sensación de estar navegando sola. Miro tu almohada y la remera que estabas usando para dormir. ¡Qué depresiva puedo ser si me esmero! Me levanto. Nadie ocupa el baño. Entro y me miro al espejo, veo tanto trabajo por delante. Nadie me recuerda que me tome la T4. Me olvido. Nadie me burla por lavarme los dientes antes de desayunar. Me los lavo igual. Todos duermen, yo desayuno. Que feos mates hago. La bombilla se me tapa, invierto la presión del aire y hago burbujas verdes. Succiono pero sigue tapada. Saco la bombilla y chupo aire. Miro los agujeritos, están destapados. Vuelvo a meter la bombilla, confirmo que sigue tapada. ¡Qué misterio! Ésta mañana la manteca sabe a tarta de brócoli pero no tengo a quién comentárselo. En soledad miro las mariposas que pusimos en la pared. Toman otra dimensión, están presentes. Pienso en Carola, mi hija. Vuelvo a sentir su ausencia. Se me encorva la espalda, me pesa la vida. Soy un añejo árbol hueco. Tomo impulso y me dirijo al trabajo. En el auto escucho música. Mike and the mechanics me fogonea imágenes de mi infancia. Pienso en mi abuelo y en cuánto lo extraño. Cuando dice: “I didn’t get to tell him all the things I had to say” (no llegué a decirle todas las cosas que tenía para decirle), ¿me lo está diciendo a mi? A éste círculo descendente lo conozco, puede no tener fin. Si dejo que tome las riendas, hace de mi vida un padecimiento. Como dijo Gramsci: “el pesimismo es un asunto de la inteligencia; el optimismo, de la voluntad”. Entonces decido yo sobre mi ánimo. Ya lo domé en otras oportunidades, conozco el rumbo. Mi situación es la misma. Sigo navegando sola, pero para adelante. Es cierto, no está mi marido y su lado de la cama está frío, pero lo voy a calentar esta noche con una bandeja de algo rico. También es cierto que Panchita no está más, pero tengo a mis tres hijos que son mucho más de lo que pedía cuando los pedía. Y a mi abuelo lo extraño, pero tuve la suerte de conocerlo y abrazarlo. Realmente está en nosotros ser positivos, lo digo yo que soy una pesimista pertinaz. “Cuando el ánimo está en suspenso, un ligero impulso lo hace inclinarse acá o allá” – Terencio.

#Reflexión #Motivación